Castígame, sé que me he portado mal...

Estoy muy molesta con los días santos, o sea, desde el miércoles siento que es domingo y eso, no es normal.

Gracias a que todo mundo anda en la playa y a que mi hermano anoche me abandonó (infame) me refugié en los brazos del messenger nocturno, quien tampoco ofrecía mucho que digamos, a excepción de un gran y estimado amigo (vagabundo, furibundo y moribundo) que se encontraba en igualdad de circunstancias que yo: solo, aburrido y sin amigos en la ciudad. Unimos fuerzas y a las 2 de la mañana ya lo tenía en la puerta de mi casa con toda la actitud necesaria para jugar rockband (a webo, soy una geek, podría ser novia de Sheldon y lo amaría sin tapujos).

Después de lo que fue un maravilloso (qué digo maravilloso, EXTRAORDINARIO concierto de más o menos mil 8 mil canciones) de utilizar el trapeador como base para el micrófono y de darme cuenta de que realmente lo mío no es cantar y “tocar la guitarra”, mandamos a la chingada el rockband (aunque la gente seguía gritando ‘qué caña!’) y nos aplastamos en mi cama a cotorrear.

La plática nos llevó a muchos rincones, pero el que se me hizo particularmente interesante y que de hecho es el que les vengo a platicar, es el siguiente.

Resulta que el vagabundo* es, como buen hombre, de los que les late de cuando en cuando andar viendo de esas películas, videos o whatever you like, en donde podemos observar a sensuales y exhuberantes mujeres de redonditas bubis y enormes nalgas, recibiendo (y dando, por qué no?) placer de parte de hombres súperexageradamentebiendotadísimosgoeeeee, que además parecen ser magníficos amantes, digo, basta con escuchar los alaridos de las chicas para que, por ende, podamos asumir que realmente hacen bien su chamba.

Después de hacer un profundo análisis de las películas xxx y reírnos un par de veces de las clásicas frases que salen en ellas, mi amigo hizo un comentario muy acertado: “imagínate, wei, cuánto cabrón hay en el mundo que realmente piensa que a las viejas, a todas, les gusta el sexo así como se ve en las películas”.

JAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJAJA.

Y es que saben qué? realmente si puedo visualizar a dos que tres weies en el mundo que toman esas películas como su biblia, o sea, que neta creen que a nosotras nos late:

1. Que nos nalgueén sin previo aviso.
2. Que nos digan: “Te gusta, nena? Oh sí! Te gusta?”
3. Que nos jalen de las greñas, pero acá, bestialmente.
4. (Éste es el más importante) Que durante el sexo oral, nos agarren de la cabeza y quieran hacer uso de ella como si tuviéramos un agujero en la nuca, como si fuera una sensación maravillosamente excitante y cachonda sentir cómo su tiliche nos acaricia la campanilla.
5. (Otro importante) Y que además cuando están apunto de venirse quieran que uno deguste sus fluidos y digamos “ay sí, qué rico, papi!! yumm pásame el pan bimbo, chiquito!”

O sea, no mamen! Yo sé que igual y en el mundo habrá mujeres a las que les late ese cotorreo hardcore, porque segurito las hay y quizá si alguna de ellas me lee dirá “no, bueeeno, qué morra tan apretada, nunca quiere hacer nada nuevo, goeeeee!!”, pero vaaamos mischachos!! Una de cada cuántas? diganmennnnnnnn!!!!

Lo que yo opino es que antes, ANTES de realizar cualquier actividad que hayan visto en alguna película porno, pues mejor pregúntenle a la morra si le late eso; de verdad que no es naaaada padre que te caigan con la sorpresita de que tu amado quiere sentirse pornstar por una noche.

P.D. Y por favor, no pongan paros pendejos para que la morra acceda a hacer lo que ustedes quieren. Neto que eso de “ay mira, pero saben rico, además son buenos para tu cutis” ya no se los va a creer naaaaaadie.

*Corazón, no es que te exponga, es más bien para contextualizar Ü.